¡Se hizo la luz!
La carencia de vitamina D va de la mano de la llegada del invierno y las habitaciones oscuras... no ayudan mucho. Descubre unos cuantos consejos para iluminar tus cuatro paredes con unos sencillos trucos.
Los árboles cada día tienen menos hojas y los día son cada vez más fríos. A la mayoría de gente le cuesta acostumbrarse a la llegada de esta época del año. La falta de luz y las habitaciones oscuras pueden afectar tu estado de ánimo y hacerte sentir constantemente cansado y agotado. Por el contrario, las habitaciones luminosas tienen un efecto positivo en el estado de ánimo. Una buena iluminación te mantiene despierto durante más tiempo y te hace estar mucho más activo. Además, las habitaciones con luz sobrecargan menos los ojos.
Te mostramos cómo mantenerte positivo durante el invierno, inundando tu casa de luz.
Luz de ventana
Si tienes la oportunidad, la opción más eficaz es instalar tantas ventanas grandes como sea posible, para maximizar las fuentes de luz natural. Las fachadas este y oeste de la casa son las más adecuadas. Si no es posible construir ventanas nuevas, basta con retirar las puertas existentes y sustiturlas por otras de cristal. Una alternativa algo más barata son las puertas con ventanas integradas, que también actúan como una buena entrada de luz natural. Sin embargo, la opción más sencilla suele ser mejorar la entrada de luz de las ventanas existentes. En primer lugar, asegúrate de que no haya muebles grandes que impidan la entrada de luz natural en la habitación. Los muebles pequeños pueden colocarse fácilmente debajo de la ventana, mientas que los grandes es mejor ubicarlos contra la pared, dónde no tapen la luz. En segundo lugar, puedes compensar las ventanas pequeñas pintando de blanco los marcos y alféizares. Si tienes cortinas, fíjate que sean lo más ligeras y transparentes posible. Las cortinas enrollables son una buena elección porque se enrollan muy fácilmente cuando no se usan y ocupan muy poco espacio.
Prevenir el déficit de vitamina D
Otra forma eficaz de combatir la tristeza invernal es colocar tantas lámparas o fuentes de luz adicionales como sea posible. Asegúrate de conseguir bombillas de luz diurna, ya que simulan la luz natural. Este tipo de bombillas son más respetuosas con nuestros ojos y aumentan nuestra sensación de bienestar. Además, se pueden adquirir lámparas diurnas especiales para personas con transtorno afectivo estacional. Las lámparas pequeñas emiten mucha luz y no ocupan mucho espacio. Del mismo modo, las lámparas de pie pueden ocultarse bien detrás de grandes macetas. En cuanto a las plantas, las hay que no necesitan mucha luz, como las Zamioculcas, las Sansevieria, la Kentia palm y la Aspidistra.
Techo, pared y suelo
Puedes aumentar la eficacia de las fuentes de luz existentes. En este caso, el reflejo es el mejor aliado. Las superficies claras reflejan bien la luz, mientas que las oscuras la absorben. El color de techo ideal es el blanco. Si las paredes blancas te parecen demasiado neutras y te falta un poco de chispa, los colores pastel son una buena alternativa. Sin embargo, una pared verde menta o amarillo limón, refleja la cantidad de luz suficiente como para iluminar una habitación. El suelo también debería ser lo más claro posible. Los mejores tipos de madera son el abedul, el arce y el abeto. Una opción más barata es utilizar una alfombra clara para cubrir el suelo oscuro.
Elegir interiores
Otro consejo muy eficaz es utilizar espejos. No solamente hacen que la habitación parezca más grande, sino que también optimizan la distribución de la luz. Para obtener grandes resultados, coloca dos o tres espejos en los lugares donde reflejen mejor la luz en las zonas oscuras, como por ejemplo frente a una ventana. Los muebles y mesas con acabado brillante también reflejan mejor la luz que las superfícies mates. Asegúrate de no tener demasiados objetos abarrotando las estanterías. Si hay menos objetos oscuros en la habitación, el espacio será más luminoso y notarás la diferencia de inmediato.
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